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Josep Arenas / Comunicación Social

Un cambio de modelo de bienestar

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El momento que atraviesa nuestro estado del bienestar lo reflejaba con precisión el dibujante Toni Batllori, el sábado en La Vanguardia, donde caricaturizaba certeramente a un Rajoy que decía: “Unas medidas coyunturales para siempre”; “Perdone don Mariano pero si son coyunturales no son para siempre”, le replicaba un conserje. “No veo por qué no...”, sentenciaba el presidente.

Las medidas de austeridad y de reducción del gasto que está tomando el gobierno para reducir el déficit público se traducen en un modelo que pasa por mantener los derechos fundamentales y los servicios públicos básicos, pero introduciendo la gestión privada en unos casos y el copago o la reducción de recursos humanos en otros. Así, en la sanidad o en la enseñanza no obligatoria introducen copagos en medicamentos y aumento de las tasas universitarias.

Una ensalada de medidas, que ya se anuncia que no serán temporales, como el incremento del número de alumnos por aula y la reducción de sustituciones en la enseñanza obligatoria o la supresión de la asistencia sanitaria a los extranjeros sin papeles. Por si fuera poco la ensalada viene aliñada con un ya posible control monopartidista de los medios de comunicación públicos, en Rtve, o la posible privatización de las televisiones autonómicas.

Así es cómo se está produciendo el cambio de nuestro modelo de estado de bienestar. Imponiéndoles los sacrificios a los pensionistas y a las familias trabajadoras con hijos en edad universitaria.

La idea de residir en un país y no tener reconocido el derecho a la atención sanitaria, situación en la que se encuentran de nuevo los extranjeros sin papeles en España, nos interpela ante la impotencia de aquellos ciudadanos que, teniendo los papeles en regla y teniendo derecho a la atención sanitaria, sufren enfermedades para las cuales el sistema no tiene, no busca o no encuentra remedios y por tanto no les ofrece soluciones. Éste es el caso de enfermos afectados de enfermedades tales como el Síndrome de fatiga crónica, la Fibromialgia, la Sensibilidad química múltiple o, hasta ahora, el Cólon irritable, llamada hoy Intestino irritable.

Esta semana hemos sabido que el Instituto de Investigación del Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona, ha demostrado el origen orgánico del Colon irritable y ensaya nuevos tratamientos, tras descubrir que el Intestino irritable no es una enfermedad psicológica ni funcional, como hasta ahora se pensaba, sino que es orgánica. Ésta se produce por “una alteración biológica clara de diversas proteínas que convierten la membrana intestinal en más permeable y por tanto, más inflamable y vulnerable”.

El equipo de investigación, que dirige el doctor Javier Santos, considera que a partir de ahora se podrán realizar pruebas sencillas, como un análisis de sangre o de saliva, para identificar a los individuos sanos que pueden llegar a desarrollar dicha enfermedad y a su vez se tendrá una diana terapéutica para poder curar realmente una enfermedad ante la que muchos profesionales del sistema sanitario estuvieron dando como respuesta frases pretendidamente tranquilizadoras, tales como: “Es de los nervios; relájese”.

Josep Arenas

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