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Josep Arenas / Comunicación Social

Solos, en la carretera, somos millones

Estamos de vacaciones. El pasado fin de semana se saldó sin ningún accidente mortal en las carreteras de Galicia, donde vivo. Buena noticia. Esta es la época del año en la que aparecen, con intensidad, las campañas para prevenir los accidentes de tráfico. Los desplazamientos se cuentan por millones. Los últimos spots inciden en el desgarrador golpe súbito de la noticia de la muerte de un ser querido. En años anteriores se pretendía concienciar a los conductores a través del impacto visual de un aparatoso y  horroroso accidente.

La concienciación cívica, las medidas legales sancionadoras, las mejoras de las vías y el cambio de hábitos han mejorado los resultados. Me refiero al consumo de bebidas alcohólicas o al uso del teléfono móvil, el cinturón de seguridad o las sillas para  los pequeños. También influye,  en esta tendencia favorable, la educación en seguridad vial, junto a los controles selectivos.

Los accidentes disminuyen. Son menos los que mueren en la carretera así como aquellos a los que les sobreviene una discapacidad física permanente. En diez años se han reducido a menos de la mitad y en lo que va de año, por primera vez, son menos de mil los que perdieron la vida.

Conductores y peatones lo somos todos.  Incidir en las causas de los accidentes de tráfico está de nuestra mano en la mayor parte de las ocasiones. Se trata de moderar la velocidad, evitar el consumo de alcohol o abrocharse el cinturón. Y, especialmente,  de adquirir educación vial. Es más bien una cuestión de actitud y de valores.

Nuestra sociedad se muestra resignada ante los políticos pero manifiesta un gran interés por los temas derivados de la salud, como son los accidentes que restan años de esperanza de vida o de calidad de vida. Una encuesta de la Fundación Bbva, publicada ayer, testifica que los ciudadanos de este país suspenden, con un 3,1, a los primeros, pero muestran un alto interés por temas como la salud, con un 8,3.

Tal vez exista un tono social hedonista a la vez que pasivo y melancólico. Digo yo que no será porque no tengamos objetivos en los que participar para cambiarlo. Podemos mejorar la conducción, evitar accidentes, mejorar nuestras expectativas de salud y bienestar. Depende de nosotros. De nuestra actitud. Evitar el peligro   es por nosotros mismos. Pero también para los demás.

No estamos solos. Tenemos que educarnos para el tráfico, como conductores, como peatones, como acompañantes. En la ciudad, en la aldea, en la carretera.

Somos millones para no claudicar de nuestros derechos y obligaciones y unirnos en este objetivo de modificar nuestra actitud y los valores de esta sociedad, más participativa, en relación al tráfico.

Josep Arenas

2 comentarios

Jam -

Muy acertado el titular que indica que el tema es de gran actualidad.
La concienciación cívica muy bien documentada. Móvil. Cinturón, silla para los críos etc.
Te encuentras con la gran realidad.
Se trata de adquirir mas educación y el autor describe perfectamente la realidad.
En el mejoramiento de nuestra actitud depende nuestra salud y bienestar.
Tenemos que educarnos como conductores y también como personas de a pié; todos tenemos derechos peró también obligaciones.
Intentemos poner en práctica lo que el autor nos describe tan correctamente en este artículo.

Una maleducada -

Estoy de acuerdo en que nos falta educación en muchísimos aspectos de nuestra vida. Nos pasamos nuestra infancia y juventud en una educación reglada que nos enseña poco o nada de los valores de la vida y de como ser personas. Es una asignatura pendiente importantísima. Buen artículo! Muy trabajado y con datos muy interesants.