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Josep Arenas / Comunicación Social

Éste no es país para obesos

El tercer domingo de septiembre suelo acudir a la fiesta popular que, desde hace 61 años, se celebra en mi pueblo y en la que los mayores, los más viejos del lugar, son los protagonistas.

Eso me permitió, el domingo, deleitarme viendo como la señora Imelda, que, con sus 99 años es la de mayor edad del pueblo, seguía, con sus palmadas, la música goodspell que interpretaba el grupo coral, y comprobar, una vez más, que cualquier edad es buena para participar socialmente, si nos echan una ayudita.

En el paseo por la calle, que hago junto a los mayores, suelo encontrarme, año tras año, poco más o menos, con las mismas personas, con las mismas familias. Ello me hace dar cuenta de cómo pasan los años, para todos. Pero lo que observé el pasado domingo fue, con el paso del tiempo, cómo muchos de nosotros engordamos. Cómo vamos añadiendo quilitos. Así de sencillo. Ya recuerdan aquel anuncio que decía “no pesan los años, pesan los quilos”. Pues sí, hay una tendencia muy generalizada a engordar, por estos pagos.

Por lo que veo, lo que observo en mi pueblo, con mi gente, no es ni mucho menos un problema local. Al contrario. Es bastante general. Tanto es así que, la Organización Mundial de la Salud (Oms) y la OCDE nos decían ayer que en España hay un 55 por cien de personas con sobrepeso y un 17 por cien de personas obesas. Es más, somos los campeones de la obesidad infantil, de tal manera que uno de cada tres adolescentes –de 13 a 14 años- es obeso. Y la tendencia es que, en los próximos diez años, el número de personas obesas aumente un 10 por cien.

El panorama es preocupante. Las organizaciones promotoras del estudio estiman que el gasto de atención médica para personas obesas "es por lo menos un 25 por ciento mayor que para gente de peso normal". A ello añaden que una de cada dos personas será “propensa a morir entre 8 y 10 años antes que otras de peso normal” a causa del sobrepeso u obesidad.

Es conveniente corregir esa deriva mediante programas preventivos que fomenten el ejercicio físico y la adecuada alimentación, ya que, tal como exponen la Oms y la Ocde, "la obesidad es cara y es una carga para los sistemas de salud".

Uno de los países con menor número de personas con sobrepeso u obesidad es Japón -junto a Corea- que ha logrado ganar más de 15.000 años de vida de sus ciudadanos, mediante programas preventivos.

Sólo atendiendo la prevención del sobrepeso y la obesidad podremos celebrar y aplaudir en las fiestas para celebrar la vejez, la vida y la salud, como la señora Imelda -No ves qué elegante y que está delgada como un bolillo, me dice su amiga Francisqueta- .

Y tal vez, en los próximos años, podamos decir, parafraseando el título de la película que le dio el óscar a Bardem, en lugar de éste no es país para viejos, que éste: No es país para obesos.

Josep Arenas

2 comentarios

Santi -

Muy interesante la crónica, Éste no es un país para obesos, muy aleccionador y preocupante que en los próximos 10 años las personas obesas aumenten un 10 por cien. Deberíamos concienciar a los ciudadanos que tenemos un gran problema, y que sino encontramos la solución pronto nos quejaremos que hemos llegado tarde.
Quiero felicitarle por unirse a la fiesta del Homenaje a la Vejez, que celebran en su pueblo una vez al año. Este año celebraban los 61 años de fiesta.
Su presencia le ayudó a Vd. y también a los que le seguimos, saludó a muchos amigos y amigas que hacía tiempo no se encontraban. Estas fiestas dicen mucho lo que significan los abuelos y abuelas que han cumplido cierta edad y el pueblo quiere festejar su trabajo. Muchos de ellos seguramente nacieron en el pueblo y han dedicado su vida para el desarrollo del mismo.
La Sra. Imelda de 99 años a la que Vd. se refiere toda su vida trabajó para los demás, es casi de justicia que un día al año, la gente mayor se merezcan este homenaje.

Pilar -

Nuestras malas costumbres son aprendidas por nuestros hijos, que absorben como esponjas lo que ven. Tendríamos que pensar más en ellos y alimentarnos mejor, por nosotros y por ellos.
De todas formas, uno ya no sabe que hacer con tanta información contradictoria: “la soja es bueníiiiiiiiisima - la soja es malíiiiiiiiiisima” ¿?????.
Creo que lo mejor sería comer de todo, de forma equilibrada y sin complicaciones. Comprar productos en mercados locales, siempre que tengamos esa posibilidad.
Ojalá que cada vez haya más “Señoras Imeldas”, con tantas ganas de disfrutar de la vida.