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Josep Arenas / Comunicación Social

Japón recuperará la confianza

Clint Eastwood nos ofreció  en el inicio de su reciente película Más allá de la vida (2010) una muy bien ejecutada  secuencia de un tsunami. Tal vez la mejor y más espectacular secuencia jamás rodada en el cine de catástrofes que haya visto. El veterano actor y director se había documentado visualmente en el tsunami y terremoto de Sumatra-Andamán que arrasó los litorales de Indonesia y el Océano Índico en 2004 y que arrojó el espeluznante balance de 229.886 muertos, según las Naciones Unidas.  Celebré la oportunidad de Eastwood al recoger en su film un hecho de los que sólo sueles tener noticia una vez en tu vida.

Pero la realidad, como siempre, ha superado  la ficción y el terremoto de Japón de magnitud  9, seguido de numerosas réplicas  y el tsunami y la alarma de explosión atómica, no solo nos ha llenado de desolación, sino que siguen poniendo a prueba nuestra capacidad de sorpresa, de comprensión y de reacción ante hechos de esa magnitud, totalmente inimaginables.

Cada día, desde el pasado jueves,  se nos ofrecen nuevas  imágenes que muestran la tremenda capacidad arrolladora de las fuerzas de la naturaleza sobre la vida humana y su hábitat. Verlo para creerlo, la información resulta abrumadora. Miles de muertos y desaparecidos, decenas de miles de edificios destruidos, cientos de miles de personas desplazadas y cien mil soldados buscando a desaparecidos. Como telón de fondo, la incertidumbre en la seguridad de tres centrales atómicas genera psicosis.

Mientras tanto algunos expertos cifran que el PIB japonés bajará un 8 por ciento, la bolsa ya bajó hoy en picado y la recuperación tendrá unos costes superiores a 130.000 millones dólares. Muchos recursos económicos serán necesarios.

Pero lo prioritario es que los ciudadanos afectados, el conjunto de los japoneses y, por extensión, todos quienes muestran interés por lo que allí sucede, encuentren unos referentes que les den confianza en la reconstrucción del pais y de cada unos de sus habitantes y familias.  

Una vez realizadas las tareas rescate, la regla de oro pasa por ser optimistas y transmitir calma, “solo así se extrae la energía de las personas para que busquen soluciones y no se queden lamentándose de lo mal que van las cosas”, manifestó Rudolf Giuliani, alcalde de Nueva York, tras los sucesos del 11-S. Japón necesita ahora de un gran liderazgo para superar el desastre. Alguien que informe de la realidad y que sea capaz de “transmitir a la gente que somos capaces de superarlo todo”, como decía entonces Giuliani.

Ante la proliferación de tantas imágenes y datos sobre el desastre que se ha producido, echaré de menos si, en los medios de comunicación, no se refleja la posterior capacidad de recuperación, de sacrificio, de solidaridad y de resurgir de las propias cenizas de los japoneses, que, estoy convencido de que se va a producir.

También quienes lo vemos desde lejos, aunque sea en directo por televisión, necesitamos que se produzca esta crónica de la capacidad de recuperación y de la lucha contra la destrucción. Lo necesitamos por que, de otra manera, nunca estaremos preparados para recibir y asumir noticias así.

Aunque, para que eso suceda, también será necesario quizás que se produzca un seísmo en el seno de muchos medios de comunicación para que los transforme en medios explicativos, no sólo del espectáculo de la noticia, sino principalmente de la capacidad de los protagonistas de la historia para cambiar su rumbo.

J. A. Ponsa

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