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Josep Arenas / Comunicación Social

Un trabajo genial, una vida genial

Debía correr el año 1984 cuando fui a Cut&Paste, una tienda de ordenadores que había en la parte alta de la calle Balmes de Barcelona, para adquirir un Macintosh. El vendedor me contó que Gabriel García Márquez era cliente suyo. Que le gustaba escribir en el Macintosh pero que luego alguien le tenía que colocar los acentos en sus textos. Allí compré mi primer ordenador, con el que escribí mi tesis de licenciatura, dirigida por el catedrático Miquel de Moragas, a la que puse por título Aproximación al diseño de una unidad de apoyo informativo y documental en el campo de los Servicios sociales. De esa forma me hice fan de la marca de la manzana de colores.

Desde entonces la tecnología y el diseño en la comunicación han evolucionado maravillosamente, por lo que siento un gran reconocimiento hacia Steve Jobs y su obra, por su contribución en habernos cambiado la vida cotidiana.

En aquel trabajo de investigación sobre comunicación, participación  y servicios sociales señalaba que los servicios sociales municipales tenían unos objetivos comunes con los responsables de la comunicación local.

De forma resumida la cosa iba por ahí: En primer lugar se trataba de procurar que las necesidades de los ciudadanos fueran evaluadas objetivamente y que su parecer fuera tenido en cuenta; se trataba de decidir o revisar las modalidades de prestaciones sociales en función de la variación de las necesidades. A continuación destacaba que había que hacer lo posible para que las políticas y las prestaciones sociales fueran comprendidas por los ciudadanos para que se pudieran beneficiar de ellas. Además debíamos conseguir un clima favorable  respecto de los grupos preferentemente destinatarios de los servicios sociales (personas con dependencia, con discapacidad, con pocos recursos…).  Y, para conseguirlo era importante promover la participación de los profesionales implicados y de las entidades cívicas en la elaboración y ejecución de las políticas sociales a seguir.

En definitiva se trataba de procurar que el personal sintiera simpatía hacia los grupos de ciudadanos que tiene alguna relación con los servicios sociales, tanto simpatía hacia sus beneficiarios directos, como hacia las entidades y organismos provisores, por parte del conjunto de la ciudadanía.

Decíamos entonces, que “los servicios sociales dan a menudo materia periodística y que es necesario establecer unas relaciones favorables entre los trabajadores sociales y los profesionales de la comunicación que permitan sacar provecho, de manera constructiva, de casos personalizados que contribuyan  a una información y a una sensibilización sobre determinados problemas sociales y sobre sus posibles soluciones”. Creo que sigue siendo igual de válido. Sólo que hoy tenemos unos instrumentos mucho más favorables para conseguir dichos objetivos.

Mientras recordaba lo que escribí en el Macintosh, pensaba que el cofundador e impulsor de Apple, fallecido a los 56 años, nos deja un gran legado también a los servicios sociales y a la comunicación, para tratar de conseguir los objetivos señalados. No sólo ha revolucionado la industria informática  y con ella a sectores enteros de la economía, sino que nos ha dotado de instrumentos muy útiles y bien diseñados para conseguir aquellos objetivos.

Tanto comunicadores como trabajadores sociales debemos reinventarnos cada día en nuestra profesión, aprovechando los instrumentos que tenemos alrededor.

Como dijera Jobs, en 2005, en la conferencia que pronunció en la Universidad de Stanford (California): “El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideráis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacéis."

Pasan los años y trabajar para conseguir los objetivos de participación y justa distribución de los recursos resulta, efectivamente, genial. Resuenan aquellas palabras: "Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis. No os conforméis.”. Gracias, Steve.

 

Josep Arenas

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