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Josep Arenas / Comunicación Social

Pobreza, trabajo y gasto público

El cómo “la crisis económica mundial actual tiene efectos evidentes sobre la pobreza y sobre el deterioro del nivel de vida de los grupos de población más vulnerables”, nos lo recuerda hoy, muy acertadamente,  Christos Papatheodorou, profesor asociado de Política Social de la Universidad de Tracia, a propósito de la crisis griega, en Cultura|s.

Destaca que “la crisis ha conducido a un reforzamiento de los argumentos neoliberales a favor de la disciplina fiscal, la reducción del gasto público y la desregulación del mercado de trabajo”, en lugar de poner en duda la actual organización y administración de nuestra economía.  A su vez, pone de manifiesto que “una de las principales consecuencias [de la crisis] es la fuerte presión para un recorte mayor de los gastos sociales y la transformación de los sistemas de protección social en otros más liberales”.

Según Papatheodorou el caso de Grecia es revelador y las consecuencias de su crisis son más graves, pero sus reflexiones son válidas para nuestro entorno, cuando dice que: “Con el fin de aplicar las medidas de austeridad, se cultiva y se reproducen ciertos mitos, hasta el punto que han llegado a dominar el debate público y político”.

Entre estos mitos señala el de asociar pobreza con paro. Esta idea, dice, “fomenta la receta neoliberal de una desregulación del mercado de trabajo y el aumento de contratos de trabajo flexibles, temporales o a tiempo parcial”. No hay duda de que el paro está asociado a un riesgo muy elevado de pobreza, pero la ocupación laboral no asegura que alguien escape de la pobreza, ya que en la mayor parte de la UE una proporción muy grande de pobres vive en hogares en los que el cabeza de familia está empleado y no en paro.

Otro de los mitos más generalizados es el de considerar que no trabajamos lo suficiente. De ahí que tengan tanta difusión en los medios las declaraciones superficiales de ciertos políticos, cuando proponen que los funcionarios trabajen media hora más o cuando aseguran que los perceptores de determinadas prestaciones “se pasan el día en el bar”.

Actitudes tales fomentan la hostilidad contra la política social, que es considerada como parte del problema. Y no como parte de la solución, como puso de manifiesto la experiencia de la crisis de 1929. Como denuncia el profesor, “el discurso dominante… victimiza la protección social y su pertinente gasto como principales colaboradores de la actual crisis”.

Las perspectivas no son esperanzadoras para un crecimiento sostenido y sostenible. Como resume Papatheodorou, “las medidas de austeridad y estabilización aumentarán la pobreza… y reducirán incluso los ingresos de los sectores de la población que tienen una proporción más grande en el consumo”. Lo cual, desde luego tiene profundas implicaciones en la limitación de la demanda y del consumo.

El próximo día 7 de noviembre, la Academia de la Televisión ha organizado un debate. Podremos escuchar a los dos principales candidatos a presidir el gobierno de España. Le brindamos al amigo Manuel Campo Vidal alguna de las ideas –aunque no las necesita-  que, a nuestro juicio, debieran dominar el debate público y político.

 

P.S. Hoy, 19-O, día mundial del cáncer de mama. Un cáncer que se cura en más del 80% de los casos. Prevención, lo primero. Reproduzco un tuit: "Recuerda: tacto, mensual; revisión, anual."

Josep Arenas

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