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Josep Arenas / Comunicación Social

Un programa de emergencia para el empleo

España roza los cinco millones de parados, el 21,52% de la población activa y hay 1,4 millones de hogares en los que ya no trabaja nadie. El desempleo llega a tasas insostenibles. La nómina de las prestaciones por desempleo se incrementa, mientras representa el colchón sobre el que descansa una situación que, de otra manera, sería explosiva.

Nuestra economía, según confirma hoy la OCDE, se encamina hacia la recaída en recesión. Como consecuencia, se vislumbra un mayor freno al consumo y al crédito, tanto a familias como a pequeñas y medianas empresas.

La situación económica obligará a mayores ajustes presupuestarios y minorará aún más las ya escasas expectativas de inversión  tanto pública como privada.

Resulta prioritario reavivar la confianza de los mercados financieros hacia la capacidad de crear por lo menos los 2,3 millones de puestos de trabajo necesarios para  recuperar el nivel de empleo previo a la crisis.

La solución, según la OIT, pasa por un plan de choque que mejore las perspectivas de empleo de los jóvenes, la mejora de las políticas educativas, el apoyo a los parados y la creación de más y mejores puestos de trabajo que permitan combatir la temporalidad. La situación en la que nos encontramos exige medidas excepcionales.

 

La campaña electoral debería aprovecharse para debatir a fondo propuestas que puedan sacar a España de la crisis. Debería convocar a los mejores expertos en la búsqueda de soluciones. Debería movilizar a toda la sociedad en un esfuerzo colectivo en la lucha contra el paro. Debería divulgar un mensaje que pudiera restaurar la confianza. No parece que se esté aprovechando.

Más bien resulta dramáticamente  evidente la ausencia de liderazgos para dirigir este proceso de recuperación de la confianza y del empleo. Los problemas que sufre la economía son de tal calado que superan las posibilidades de gestión de un único partido y ni siquiera un  mero cambio de gobierno equivaldrá a una solución. Los sindicatos también deberán ocuparse más de los problemas de la economía y de los trabajadores que no tiene empleo y no sólo de los  trabajadores ocupados.

Por otra parte el problema del paro, por sus consecuencias desestabilizadoras sobre el euro, es también un  problema europeo, que no se resuelve sólo con ajustes en el estado español. Por todo ello urge un  auténtico programa de emergencia para el empleo, pactado entre los partidos mayoritarios y los sindicatos y que cuente con el respaldo financiero europeo.

Josep Arenas

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