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Josep Arenas / Comunicación Social

Más austeridad, más dureza para muchos

Hasta el menos despierto de los analistas es capaz de recitar con los ojos cerrados un conjunto de obviedades, una lista de problemas, a los que, quiénes van a gobernar o quiénes pretendan una oposición responsable y algún día acceder a la gobernación, ya sea en España, en Galicia, en Cataluña, en el Reino Unido o de cualquier país de la Unión, deberían dar respuesta.

Esos problemas los conocemos todos:  alejamiento de la política de las capas más jóvenes de la sociedad, burocratización de la vida parlamentaria, falta de gobernanza económica, sometimiento de la democracia a los mercados, injusto reparto de los sacrificios, injusta distribución de los recursos, aumento exponencial de la desigualdad, trato preferente de rentas del capital, autorización de paraísos fiscales, deterioro de la inspección fiscal, desprotección laboral, contradicción entre austeridad y ajuste y mantener un crecimiento económico necesario para atajar el desempleo...

Bien, esos son los problemas, pero alguien ¿tiene alguna solución que proponer? ¿Alguna alternativa concreta que sugerir? ¿Una serie de medidas que puedan ser asumidas en la UE? A ellos se refiere hoy Soledad Gallego-Díaz en El País, a propósito de la crisis de la socialdemocracia europea y creo que son extrapolables al resto del arco parlamentario, por una parte, y al conjunto de estados de la Unión,  por otra.

Efectivamente. El horizonte es sombrío. Las previsiones más solventes coinciden en que la eurozona camina hacia una recesión que hundirá todavía más las economías acosadas por los mercados. Desde España a Grecia. Pasando por Portugal, Italia o Irlanda. Esta semana se ha impuesto en la cumbre de Bruselas  un acuerdo de austeridad que centra toda la política económica en la reducción del déficit. La eurozona intensificará su depresión y probablemente en el primer trimestre del venturoso año nuevo llegaremos a los 5,5 millones de parados, según auguran algunos observadores. A pesar de haber optado por un cambio de gobierno ya que las políticas vienen marcadas desde el pasado mes de mayo por el directorio franco-alemán europeo y no parece que el gobierno, todavía nonato, las vaya a cambiar.

Lo que no hemos visto en Europa son propuestas para el crecimiento económico. Ni desde posiciones socialdemócratas ni desde posiciones populares. Con este ideario y este marco presupuestario, parece hoy inútil hablar del desarrollo del Estado del bienestar, que, por otra parte, bien podría significar una medida de fomento del empleo en un marco de dinamización de políticas públicas.

Pero vistas las propuestas, centradas solamente en la austeridad y no en el crecimiento del empleo, más dureza para muchos y como se suele decir en estos casos, ¡ que dios nos coja confesados!

Josep Arenas

 

 

 

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