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Josep Arenas / Comunicación Social

Democracia, empleo y paridad

Lo que más preocupa a los ciudadanos es la falta de empleo y, a continuación, la corrupción y el fraude, según la última encuesta oficial, publicada hoy. La Estrategia Europea 2020 proponía tres prioridades para esta década. Un crecimiento inteligente. Un crecimiento sostenible. Y, un crecimiento integrador. Un objetivo era – y sigue siendo- que el 75% de los hombres y mujeres de entre 20 y 64 años, estén empleados.

Para que el crecimiento sea integrador es necesario un alto nivel de empleo y que los grupos en situación de desventaja, por razones de edad o de sexo, vean reforzada su posibilidad de acceso al empleo. Pero, bien sabemos que el paro, no solo preocupa a ocho de cada diez ciudadanos, si no que en realidad alcanza a más de la mitad de la población joven y con mayor medida a las mujeres, ya que la denominada “brecha de género” está todavía por encima de los diez puntos, respecto a los hombres.

La temperatura de los avances realizados en materia de igualdad, nos la dan algunas de las medidas tomadas recientemente por el gobierno, derivadas del contexto de crisis económica. Dos ejemplos han sido: la limitación de la duración de los permisos por maternidad y las limitaciones en cuanto a los periodos de cotización de las cuidadoras familiares que les garanticen una pensión contributiva, derivadas de la modificación de la ley de la dependencia. En los dos casos, manifiestan flagrantes pasos atrás en el progreso hacia la igualdad entre hombres y mujeres, ya que la mujer es siempre la que sale peor parada.

Mientras no se actúe de forma transversal en todos los ámbitos –legislación laboral, protección social- y manteniendo una revisión crítica de las normas que se promulgan, en cuanto a su impacto distinto en hombres y mujeres, y, a la vez, fomentando medidas de acción posiva respecto de los grupos discriminados, estaremos dando pasos atrás, no solo en la Estrategia Europea de Empleo 2020, sino en la igualdad efectiva de oportunidades, en su conjunto.

Y, como se ha repetido tantas veces, estaremos en que: “una democracia, o bien es paritaria, o no es democrática”.

Josep Arenas

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