Blogia
Josep Arenas / Comunicación Social

Una Europa sin barreras

Durante los primeros días de mayo se producen por doquier celebraciones del Día de Europa. Y creo que, en lo social, Europa nos marca el camino a seguir. Pero las grandes declaraciones europeas a menudo nos quedan como algo lejano. Tal vez, vacío.

Releo la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, una declaración que representa el compromiso de la Unión para una Europa sin barreras. Y coincido plenamente. Es necesario eliminar las barreras que dificultan el pleno acceso de las personas con discapacidad o con movilidad reducida a los espacios físicos y a los puestos de trabajo. También hay que eliminar las barreras que provienen de determinadas actitudes hostiles. Y las barreras en la comunicación. De acuerdo.

No cabe duda de que una Europa sin barreras es una prioridad. La sociedad europea cuenta con ochenta millones de personas con alguna discapacidad, de las que más de un tercio son personas mayores de setenta y cinco años que acusan discapacidad o movilidad reducida.

La Estrategia europea se centra en la supresión de barreras, atendiendo simultáneamente ocho campos de actuación: accesibilidad, participación, igualdad, empleo, educación y formación, protección social, sanidad y acción exterior. Es primordial construir una sociedad accesible. El acceso de las personas con discapacidad debe de producirse en las mismas condiciones que las del resto de la población. A todos los niveles: al entorno físico, al transporte, a las tecnologías y sistemas de información y comunicaciones -las TIC- y a otras instalaciones y servicios, como por ejemplo, a internet. Bien.

Observo que en asistencia sanitaria, la declaración nos habla de la “asistencia preventiva y del derecho a beneficiarse de unos servicios sanitarios y de rehabilitación específicos que sean asequibles, de calidad, y que tengan en cuenta las necesidades de cada persona”. Me parece fantástico.

Precisamente esta semana he tenido noticia del descubrimiento de tres nuevos fármacos para prevenir la esclerosis múltiple, para la que se han abierto unas perspectivas mucho mejores. Se trata, como sabemos, de una enfermedad grave del sistema inmunitario, hasta ahora incurable, por la que las células del sistema inmunitario atacan, por error, la mielina de las neuronas, produciendo los conocidos efectos paralizantes.

Hay que subrayar, de todas formas, que dichos descubrimientos abren, a su vez, nuevos e importantes retos. El primero, que pueda proseguir la investigación que permitirá esclarecer la forma de aplicación de los nuevos fármacos. Y, el segundo, es la cuestión de los costes, ya que el tratamiento llevado a cabo actualmente, y que minora la aparición de brotes, ronda los 8.000 euros anuales, mientras que los costes, con los nuevos fármacos, que se prevén mucho más efectivos y para un porcentaje más alto de los casos, se estiman en 20.000 euros anuales por paciente.

Los investigadores que trabajan en la prevención y tratamiento de la esclerosis múltiple se preguntan si la sanidad pública asumirá dichas investigaciones y dichos gastos. Nosotros también nos hacemos la misma pregunta.

Las declaraciones europeístas y las conmemoraciones de estos días, sirven para marcar el camino. Un camino que debe de traducirse en hechos. El tratamiento de los enfermos de esclerosis múltiple pasa en primer lugar por la investigación de dichos avances farmacológicos y sanitarios y por que su implantación sea consignada en el presupuesto. De forma “que se tengan en cuenta las necesidades de cada persona”.

Será imprescindible para una efectiva Europa sin barreras.

Josep Arenas

0 comentarios