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Josep Arenas / Comunicación Social

Las personas con discapacidad ganan un 10% menos

Según un despacho emitido ayer por el Instituto de estadística, INE, el salario medio anual bruto para los trabajadores por cuenta ajena con discapacidad fue de 20.553,3 euros por trabajador en el año 2010. Eso significa que es un 10% menos que para las personas sin discapacidad.

Si se descuentan las deducciones fiscales y las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo del trabajador -que son más beneficiosas para las personas con discapacidad-  las diferencias salariales entre los asalariados con y sin discapacidad se reducen hasta el 5,1%. Aunque hay que tener en cuenta que, generalmente la persona con discapacidad tiene más gastos asociados a su situación de handicap.

En dicha estadística, las diferencias, entre personas con o sin discapacidad reconocida, resultan mayores para los hombres, con un salario un 16,8% inferior en el caso de personas con discapacidad, que para las mujeres, con un 2% menos.

Las diferencias salariales entre mujeres y hombres con discapacidad –la franja de género- resulta menor (un 9,1% inferior para las mujeres) que en el caso de la población sin discapacidad (un 22,9%).

Cuando el asalariado es una persona con discapacidad titulada universitaria, los papeles se invierten, de manera que, quiénes tienen estudios universitarios, percibieron un salario anual bruto superior en un 4,1% al de los titulados universitarios sin discapacidad.

Lo mismo que con los universitarios, sucede en puestos de ocupación medios: empleados, artesanos y trabajadores cualificados. Los asalariados con discapacidad superan el salario del resto de los trabajadores por cuenta ajena en un 2,8%.

En los puestos de ocupación altos, -directores, gerentes, técnicos y profesionales científicos, técnicos intelectuales y de apoyo- ambos colectivos equiparan sus salarios.

Por lo tanto las personas con discapacidad asalariadas ganan un 10 por ciento menos, en su conjunto, que el resto de asalariados, pero esta diferencia viene muy matizada según su grado de formación, su tipo de cualificación y su diversidad funcional. ¡Ah, las estadísticas!

Josep Arenas

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