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Josep Arenas / Comunicación Social

Independencia y sapos

El martes escuché al presidente catalán, Artur Mas, que, en la presentación del candidato de su partido a la Paeria, en Lleida, le decía, aconsejándole: "En mi ya dilatada experiencia política he tenido que aprender a tragarme sapos".

El día anterior, lunes, el mismo presidente, había declarado durante cinco largas horas en el Parlament, en la comisión de investigación sobre el fraude y la corrupción y en particular sobre el caso Pujol: "Me puedo equivocar, porque no conozco el origen, pero mi apuesta rotunda es que esto es privado. Y no tiene que ver ni conmigo, ni con el Gobierno que presido", sentenció.

Esta misma semana hemos sabido que, una de cada cinco personas dependientes, que se encontraba en lista de espera porque tenía un grado de dependencia suficiente, murió antes de ser atendida.

Es cierto que en estos momentos, de cada 100 euros gastados en atenciones a la dependencia, 63 euros los aportan las comunidades; los usuarios aportan 19 euros y la administración central, sólo 18 euros.

La aportación de los usuarios es, pues, ya superior a la del gobierno central, en una clara perversión de los compromisos de financiación que la misma ley determina, cómo ha denunciado la asociación estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, en el informe con el que ha hecho públicos los datos de 2014.

El sistema de la dependencia hace aguas. Ciertamente. Pero quienes están al frente del gobierno se tendrían que dar cuenta de que quién realmente se traga los sapos, cada día, son los más débiles, los dependientes y sus familias. Uno de cada cinco muere antes de haber recibido atención.

Quizás nos dirán que de esto tampoco sabían nada. Que "no tiene que ver conmigo ni con el gobierno que presido". Quizás esperarán a hacer un comisión de investigación en el Parlament, sobre la atención a la dependencia, sobre el incumplimiento de las leyes, sobre dichas responsabilidades, cuando se mueran la mitad o más de los que ahora están en lista de espera.

Mientras tanto seguirán haciéndole tragar el sapo diariamente a los dependientes, a sus familiares, a todos los demás. O les invitarán a ser personas no-dependientes: independientes.

Josep Arenas

1 comentario

Natalia -

Hermoso poema de Agustín Millares Sall que me vino a la cabeza al leer tu artículo:

"Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.

Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.

Te digo que no vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
”vivo en mi torre, sólo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale."