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Josep Arenas / Comunicación Social

Los efectos y consecuencias de la disminución de ingresos

El número de hogares que no pueden permitirse sustituir los muebles estropeados o viejos alcanza, en 2014, el 41,3 por ciento. Hay un 16,9 por ciento de personas mayores de 16 años que no pueden gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismos cada semana.

Un 11,8 por ciento tampoco pueden permitirse reunirse con amigos o familiares para comer o tomar algo al menos una vez al mes. Los hogares en los que viven niños que no pueden permitirse distintas necesidades educativas o de ocio son el 10,4 por ciento. Un 6,5 % de los hogares en los que viven niños no pueden permitirse disponer de ropa nueva para ellos.

Éstos y otros datos que nos ofrece hoy el Instituto Nacional de Estadística, relativos a 2014, corroboran las apreciaciones que solemos hacer en nuestro entorno, cuando vemos la disminución de ingresos de tantas familias y sus efectos y consecuencias, mientras las televisiones del régimen intentan apabullarnos con los mensajes oficiales sobre la salida de la crisis.

Josep

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