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Josep Arenas / Comunicación Social

Igualdad para progresar y prosperar

A pesar del destacado índice de pobreza -al que nos hemos referido en anteriores post-, nos equivocaríamos si consideráramos solamente este dato para valorar la evolución del bienestar, del desarrollo humano y de la prosperidad de nuestro país.

Los estudios comparados sobre el progreso entre diversos países, valoran, además de la situación económica, otros factores tales como el grado de satisfacción de sus habitantes y las características del estado del bienestar. Ello obedece a la idea de que la verdadera prosperidad no se encuentra única y exclusivamente en el dinero y en la fortaleza de la economía, sino también, y sobre todo, en la libertad y la calidad de vida de los ciudadanos.

Factores tan dispares como la sanidad, la educación, la capacidad para llevar a cabo los propios proyectos, o la confianza que los habitantes tienen en su gobierno o la confianza de los ciudadanos en las demás personas, son los que determinan la prosperidad de un país.

Así lo estima el Legatum Institute cuando realiza el estudio sobre el Índice de Prosperidad, un análisis comparativo de 110 países que abarcan el 90% de la población mundial, publicado esta última quinzena. El resultado de dicho análisis sitúa en el primer lugar a Noruega dónde, por ejemplo, el 74% de sus habitantes consideran que pueden confiar en los demás o dónde cerca del 40% de la población hace algún tipo de voluntariado o colabora con organizaciones de interés social. España ocupa el puesto 23 en dicho índice de prosperidad.

Otro estudio a nivel mundial que permite establecer comparaciones sobre el bienestar entre países es Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora anualmente Naciones Unidas, cuyos valores no se corresponde solamente con las rentas más altas, sino que resume datos sobre: esperanza de vida, matriculación escolar, ingresos per cápita, desigualdad, disparidades por sexos y pobreza extrema. España ocupa el puesto número 20 en el IDH, recayendo, de nuevo, el primer puesto en Noruega, según el informe publicado esta semana.

Riqueza, prosperidad, bienestar. ¿Como se miden? ¿Como se logran? Desde luego, a pesar de tratarse de respuestas complejas, no cabe duda de que lo prioritario es concentrar los esfuerzos en promover la igualdad como factor de progreso económico y social, sabiendo, por otra parte, que “la verdadera riqueza de una nación está en su gente”, frase con la que empezaba el primer informe de Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano, en 1990.

Josep Arenas

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