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Josep Arenas / Comunicación Social

Solidaridad e individualismo: es Navidad

 

YA es Navidad. Y, en estas fechas, proliferan iniciativas solidarias y propuestas fraternales. Con un objetivo común: hacer una llamada a la sensibilidad social hacia causas justas y reconocidas. Y, de paso, recaudar fondos para contribuir a la resolución de problemas sociales prioritarios.

Así, asistimos a encuentros solidarios, de fútbol, tenis o baloncesto. La publicidad nos invade. Y en esa selva, aparecen anuncios de entidades no lucrativas, junto a los de juguetes, turrones, colonias o congelados. De entidades, dedicadas al desarrollo o a la educación, favorables a la lucha contra el hambre o especializadas en combatir enfermedades. Entidades, sin fronteras, dicen. Y los famosos visitan a niños enfermos a los que obsequian con juguetes.


Complicidad ciudadana y visibilidad

Se trata de iniciativas, en general, muy positivas que persiguen y generan la complicidad ciudadana hacia causas nobles y hacia quiénes más requieren ser atendidos.

El pasado domingo, por ejemplo, pude seguir, la maratón de la televisión pública de Cataluña, que dedicó 15 horas en directo a recoger fondos para la investigación en el campo de las lesiones medulares y cerebrales adquiridas. Los ciudadanos de Cataluña aportaron solidariamente 7,4 millones de euros, a través de más de 125.000 donaciones.

La excelente recaudación superó, a pesar de la crisis, a las de las 18 ediciones anteriores de La Marató de TV3, dedicadas a otras causas sociales o sanitarias. De este dato, sobre la generosidad creciente y la responsabilidad solidaria de la ciudadanía, extraemos una primera lección hacia la clase política, tan a menudo empeñada en recortar el gasto social.

Pero hay más. El hecho de hacer visibles, y por lo tanto, normales, a las personas afectadas por las lesiones medulares o cerebrales adquiridas, cobra gran relevancia. Su visibilidad, aunque sea solamente por un día, en la televisión y en más de 1.300 actos cívicos y festivos en todo un país, es el primer paso para reconocer dicha normalización. Para conocer sus problemas, dificultades, energías y apoyos. 


Generosidad, transparencia y resultados

El ciudadano es consciente de que su valor más importante es el de poder ejercer sus libertades individuales. Pero, junto a eso, sabe que el Estado de bienestar social tiene que hacerse cargo de las necesidades básicas, en salud, educación y servicios sociales. Ello no es obstáculo para que pueda canalizar su generosidad hacia propuestas justas, necesarias, y que ofrecen transparencia en el uso que se da a sus aportaciones voluntarias y en los resultados de la evaluación de su gestión. 

Algunas finalidades, como la investigación sobre las lesiones medulares o cerebrales adquiridas, consecuencia de accidentes o de enfermedad sobrevenida, han pasado a ser más conocidas. También se han recolectado importantes recursos añadidos a los que hubiésemos tenido, si hubiéramos quedado esperando su consignación en los presupuestos públicos.

Convertir un domingo de diciembre en la fiesta cívica y solidaria de un país es ya un hecho. Es una ocasión deseada popularmente. Así se puso de relieve. Creo que se trata sólo de un ejemplo a seguir.

Aunque, en esa cultura del individualismo pertinaz en la que estamos inmersos, la palabra solidaridad siempre parece quedar bajo sospecha, vivimos días en los que la generosidad ciudadana se pone de manifiesto. De forma tangible. Es Navidad.

Josep Arenas

 


1 comentario

Violeta -

Con esta acción, se ha permitido que mucha gente pueda sentirse mejor siendo solidarios con sus conciudadanos. Por otro lado, acciones como estas, nos dan la oportunidad de hacer una aportación individual y solidaria a la situación económica y social tan mala que estamos viviendo. Todo positivo !!!!