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Josep Arenas / Comunicación Social

Un 24-F para trabajar y construir un futuro

Treinta años después de aquel 23 de febrero, tras pasar la noche pegados a la radio escuchando a José María García y suspirar por la aparición del anunciado discurso del rey en televisión, que se hacía esperar demasiado, maldormimos unas horas y, finalmente, confiamos ciegamente en que el pueblo unido no iba a ser vencido, para, por la mañana de tal día como hoy, 24-F, volver de nuevo al trabajo.

Continuamos trabajando por la libertad, la democracia, la autonomía y para reforzar el estado social y democrático de derecho, en el que, durante las tres décadas que han pasado, se han desarrollado considerablemente los servicios sociales. Un cambio hacia la construcción de un estado del bienestar, en el que pasamos de la beneficencia al reconocimiento de derechos y prestaciones sociales, como las que ofrece, por ejemplo, la ley de la dependencia. Ciertamente, treinta años después estamos mejor, como decía ayer el rey.

Los jóvenes que nacieron con el inicio de nuestra democracia y que cuentan ahora treinta años, han disfrutado de una etapa con garantías de acceso a la educación pública y de acceso universal a los servicios de salud, que las generaciones anteriores nunca conocieron en este país. Son la generación de los erasmus, los jóvenes más preparados que nunca hemos tenido.

Lo paradójico de esta historia es que, a pesar de las mejoras sociales de que han disfrutado esos treintañeros, ahora se enfrentan a unas perspectivas que hacen temer que su vida será peor que la de sus padres. De sus progenitores pueden recibir una herencia más negativa o más incierta, en cuanto a seguridad en el empleo, a calidad de vida o a protección social. Ellos han vivido en un entorno de trabajo estable y para toda la vida y con el apoyo de unas seguridades del estado del bienestar.

Los jóvenes creo que, en general, son solidarios, inconformistas y políticamente comprometidos, aunque tienen otras prioridades vitales distintas a las de la generación que vivió el 23-F. No nos debería extrañar, porque la crisis económica y el paro causan en su futuro personal y profesional efectos profundos. Con demasiada frecuencia, se mueven en la falta de seguridad, los trabajos precarios, los bajos salarios e, incluso, el riesgo de exclusión social. Muchos se ven obligados a retrasar su emancipación.

Sólo un dato. Entre los jóvenes españoles, el proceso de entrar en el mundo laboral, abandonar el domicilio familiar y formar una familia propia, se ha retrasado en seis años. Así, en los años en que se produjo el golpe del 23-F, estas etapas se producían a los 22 años en las mujeres y a los 24 en los hombres, y, ahora como mínimo se producen a los 28 y 30, respectivamente. El dato lo extraigo de un estudio realizado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), referido a 2001, por lo que cabe deducir que la tendencia es ahora de un retraso mayor de seis años en la emancipación.

Después de una noche oscura, viene un 24-F que nos brinda la oportunidad de encontrar motivos para trabajar y construir un futuro. Eso es lo que importa, aunque los jóvenes saben que les ha tocado vivir en una sociedad del riesgo y que la seguridad en la que se desenvolvieron sus padres nunca más volverá. Ellos pueden construir un futuro esperanzador.

Josep Arenas

1 comentario

Mar -

Si, es cierto que la generación que creció arropada por el estado del bienestar, un consumismo voraz y el crecimiento económico, tendrá que plantearse que quizás el futuro y el de sus hijos pasa por un decrecimiento económico, un descenso del consumismo y una vuelta a los valores tradicionales.
Sin esto, el mundo se muere. Se muere de éxito, pero se muere.
Quienes crecieron con el bollicao en ristre, unas prestaciones sociales sin precedentes y la Nintendo en casa, tendrán que plantearse que sus hijos tendrán que merendar bocata de mortadela y ellos vivirán con la incertidumbre de cobrar o no su pensión. Confiemos en que su preparación, dentro de una cultura que tiende cada vez más a valorar el medio ambiente (entre comillas y siendo muy generosos), nos eche una mano a todos...