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Josep Arenas / Comunicación Social

Un largo camino hacia la igualdad

Como cada 8 de marzo se nos ofrecerán hoy cantidad de datos estadísticos, tales como que la mujer tiene que trabajar un 17 por ciento más para ganar igual que un hombre. O sobre el papel preponderante de los hombres en cargos directivos, respecto de las mujeres. Todos apuntando a demostrar cuanto camino queda por recorrer para alcanzar una efectiva igualdad entre hombres y mujeres o viceversa. Un largo camino, de evolución lenta.

La cosa viene de lejos. Parece que las creencias sobre la igualdad o no entre hombres y mujeres estén impregnando las principales religiones del mundo. Cristianos, musulmanes, hindúes, budistas o judíos,  han concedido a las mujeres un estatus y un papel con una inferioridad de derechos manifiesta.  Y siguen concediéndoselo, siendo su evolución hacia la igualdad, muy lenta.

En la Iglesia católica las mujeres ocupan un lugar destacado impartiendo el catecismo y la liturgia. También pueden dar la comunión, pero no pueden ser ordenadas sacerdotisas. La Iglesia anglicana, en cambio, autorizó el sacerdocio en 1994, y son ya 2000 las que realizan esa actividad en el Reino Unido. La Iglesia ortodoxa también se niega a ordenar a las mujeres.  Otra cosa es el budismo, en el que, al igual que los hombres, las mujeres pueden llegar a ser monjes o lamas.

En el judaísmo a la mujer se le reserva el papel del cuidado del hogar y de la transmisión de valores. Quedan reservados al hombre los deberes del culto y el estudio de la Torá. Las autoridades musulmanas, han permitido, en Marruecos, a las mujeres enseñar a los fieles los deberes religiosos, pero tienen prohibido dirigir la oración de los viernes. Un papel limitado, el de la mujer, también en estas religiones.

El artículo 18 de la declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948  garantiza a cada persona la libertad de religión. No es de extrañar que, teniendo en cuenta la posición que las principales religiones del mundo tienen respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, sea en los estados más laicos donde se garantiza a las mujeres una mayor igualdad de tratamiento y un más alto reconocimiento de derechos.

Josep Arenas

 

 

1 comentario

atea -

Soy una mujer atea , no reflexiono demasiado sobre las religiones ni el papel que éstas le otorgan a la mujer . Me interesa mucho más el papel que la ética no religiosa , le otorga . Me interesa el papel que los hombres en general ( demasiados para nuestra desgracia ) reservan a las mujeres . Será un tópico o no , pero es una realidad que una mujer que debe esforzarse por ser una buena profesional SOLO en raras ocasiones ES APOYADA ,Y RECONOCIDA por su compañero .Y no es menos cierto, que una ejecutiva MUJER debe esforzarse el triple por ser considerada como Tal . La mayoria a costa de su vida privada, porque nuestros " supuestos compañeros" entieneden que "su " realización como Hombres pasa por una "ATENCIÓN " que una ejecutiva no le puede dar .
Cuantas mujeres están al lado de sus maridos ejecutivos ???? cuantas asumen el "rol " de apoyo. Cuantas conocemos que aprovechen las horas de trabajo de sus maridos para traicionarlos , por desatenderlas ???? tendriamos que recurrir a las estadisticas y nos encontrariamos que más bien es siempre al contrario . LA REALIZACiÓN SOCIAL DE LAS MUJERES NO ES UN DERECHO PARA MUCHOS HOMBRES: ES O YO YO YO YO O ME BUSCO OTRA : Cuantas mujeres hacen lo mismo ????
Se necesita una educación en igualdad. Se necesita más ética en las relaciones personales y como siempre y como sabemos de casos particulares , del conjunto de nuestras actitudes podremos construir una sociedad con valores diferentes .