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Josep Arenas / Comunicación Social

La cargada mochila de 2013

Ha llegado 2013 con una mochila de 4.848.723 personas registradas en el paro. Son 426.364 más que hace un año. La misma mochila viene con 16.442.681 personas cotizantes a la Seguridad social. Son 787.420 menos que al empezar 2012. Conclusión. Empezamos el año con un dos por uno. Hemos alcanzado una proporción de dos trabajadores que cotizan (1,996) por cada pensionista existente. Es el dato medio a nivel del Estado que se agrava en lugares como Galicia, donde la proporción es de un cotizante por cada pensionista (1,26).

Cinco años después de iniciada la crisis, tras la destrucción de tres millones de empleos, el ritmo no desciende. Se agrava. La disminución del número de cotizantes en 2012 ha sido superior a las de 2010 y 2011, sumadas (498.756). Sigue la recesión. Los severos ajustes fiscales. La ausencia de inversión. La destrucción del potencial crecimiento. La provisión de servicios y prestaciones sociales está hipotecada. La austeridad a ultranza no está siendo un camino de salida que permita recuperar la confianza, el empleo y el mantenimiento de prestaciones sociales.

España, con un gasto público en provisión social de los más bajos de la Europa de los Quince (el 24,5% del Producto Interior Bruto) y con un alto índice paro, debe afrontar otro grave problema: el incremento de ingresos por fiscalidad. Su presión fiscal es la más baja de la UE-15, con un 35% de su PIB. Sin embargo, el esfuerzo fiscal llevado a cabo por los asalariados es de los más altos de Europa, un 22% superior al de la media europea. Se ha constatado que trabajadores y pensionistas declaraban rentas anuales superiores en una media de 5.000 euros a la de profesionales y pequeños empresarios, ”Prueba evidente del enorme fraude fiscal que sitúa a España en el segundo o tercer puesto del ranking de los países más defraudadores de la UE”, según el estudio del instituto oficial francés Cepremap .

España dedica un 15% de su gasto social (con datos de Eurostat de 2010) a la cobertura de las prestaciones por desempleo; un porcentaje que, sin duda, habrá aumentando. Este conjunto contempla las coberturas por: enfermedad, vejez, supervivencia, paro, discapacidad, familia, vivienda y exclusión social. La factura de las prestaciones por desempleo supera por lo tanto el triple de la media europea.

Ante las previsiones negativas de crecimiento y de fomento del empleo, cobra mayor relevancia, si cabe, la asignatura pendiente del incremento de la recaudación de recursos necesarios para hacer frente al gasto social. Según el citado centro de estudios gubernamental, “Un plan eficaz de lucha contra el fraude podría reducir en diez puntos porcentuales las bolsas de fraude y economía sumergida en España, situándose a niveles similares de la UE, pudiéndose recaudar unos 38.000 millones de euros adicionales”.

Solo un incremento de ingresos permitirá al estado del bienestar realizar la larga travesía del desierto del 2013 con una mochila excesivamente cargada por el paro y el coste de las prestaciones por desempleo. Y sin perspectiva de aligerar.

Josep Arenas

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