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Josep Arenas / Comunicación Social

Vida digna y bienestar, largos años

Los ciudadanos españoles tienen una esperanza de vida de 82,2 años. La más alta de los países de la Unión Europea (UE-15). ¿Significa eso que la calidad de vida de los mayores goza también de tan alto nivel, comparado con los demás países? Para saberlo deberíamos tener en cuenta un indicador que sintetizara, junto a la esperanza de vida, la esperanza de vida con buena salud, la tasa de pobreza, el grado de desigualdad y la relación de la renta media de las personas de más de 65 años con la renta media del resto de la población.

Este indicador sintético existe y es el que han utilizado Mathieu Lefebvre y Pierre Pestieau del centro de estudios Cepramap, vinculado al gobierno francés. Su estudio ha concluído que el nivel de bienestar de los mayores de 65 años españoles solo se sitúa por encima de los de Grecia, Irlanda y Portugal. Por delante de los mayores españoles se encuentra la calidad de vida de los de Luxemburgo, Suecia, Países Bajos, Francia, Italia, Finlandia, Austria, Dinamarca, Bélgica, Alemania y Reino Unido, por este orden.

Teniendo en cuenta cada uno de los indicadores por separado, España se sitúa en el peor nivel en cuanto a pobreza, igualada por Grecia. La desigualdad es muy alta, ya que dobla la media del nivel europeo. Mientras la esperanza de vida es la más alta, la esperanza de vida con salud es algo inferior a la media europea. En lo referente a la media de rentas del colectivo de mayores de 65 años respecto al resto de la población, España se sitúa ligeramente por encima de la media europea. Todo ello teniendo en cuenta datos de Eurostat de 2010.

La normativa que entró en vigor el pasado día 1, con el objetivo de retrasar la edad de jubilación a los 67 años y disminuir el importe de la pensión al tener en cuenta las bases de cotización de los 300 últimos meses en lugar de los 180 meses, constituirá un elemento más que rebajará el indicador sintético de bienestar de los mayores de 65 años en España. Una reforma que argumenta su necesidad en “la evolución de la pirámide de población” y en que “el envejecimiento es una tendencia que no tiene vuelta atrás”.

Las reformas deberían tener en cuenta que no se trata solamente de ganar años de vida sino de dar una vida digna y con bienestar a estos años. Sin embargo, en lugar caminar hacia un mayor nivel de bienestar de las personas mayores, las cifras nos indican que nos orientamos hacia una mayor tasa de pobreza y de desigualdad. Eso cuando no se están emitiendo, desde instituciones públicas, mensajes subliminales culpabilizadores hacia las personas mayores por el hecho de vivir tantos años. ¿Cómo? Mediante la implantación de copagos de medicinas y tratamientos y rebajando sus pensiones.

Josep Arenas

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