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Josep Arenas / Comunicación Social

Potencias, impotencias y viceversa

Dos noticias me llaman poderosamente la atención. Están relacionadas con la potencia y la impotencia. Una, es la decisión tomada por las grandes potencias mundiales, el G-8, para evitar la violación –sí, la violación- de personas, que se produce, sobre todo en el contexto de conflictos armados, y de la que tantas mujeres, mayoritariamente, resultan víctimas impotentes. La otra es la que se refiere a la impotencia de las familias desahuciadas frente a la prepotencia de las instituciones bancarias.

En lo tocante a las violaciones, los ministros de Asuntos Exteriores del G-8, han decidido en Londres no solamente dedicar inicialmente 28 millones de euros a prevenir los crímenes sexuales, sino que se han comprometido a llevar ante el Tribunal de la Haya a sus autores.

Por tener en cuenta algún dato, recojo que, solamente en la República Democrática del Congo, un cuarto de millón de mujeres han sido violadas en los últimos veinte años. O, sin ir más lejos, aquí, en España, se estima que solo uno de cada cien violadores acaba cumpliendo pena de prisión. Convendremos en que se trata de un gravísimo problema, cuya solución parece lejana y genera mucho escepticismo.

Sin embargo, el G-8 ha planteado cuatro pasos a dar. Primero, reconocer los delitos sexuales, las violaciones, como una vulneración de la Convención de Ginebra. Segundo, responsabilizar a los gobiernos del G-8 de su persecución y represión. Tercero, evitar cualquier amnistía a los agresores sexuales. Y, por último, mejorar la preparación de policías y militares que tienen que socorrer a las víctimas. Todo es empezar.

En cuanto a los desahucios, en 2012, fueron 38.796 las familias que se vieron impotentes ante la prepotencia de los bancos y perdieron su vivienda, según confirma el Colegio de Registradores de la Propiedad. Se trata de la misma banca que, aunque se opone frontalmente a la dación en pago, es decir, a quedarse con el inmueble y dar por concluida la deuda, el año pasado aceptó 14.229 daciones en pago, o sea el 36% de las adjudicaciones. Se trata, además, de un problema que cobrará mayores dimensiones en los próximos meses, según confirman los Registradores.

Se requiere, por tanto, también en este caso, de un plan de acción, definido y urgente. Que pare los desahucios. Que regule la dación en pago. Y que empodere de defensas a cualquier persona en peligro de quedar en desamparo por un problema habitacional. El camino lo señala la iniciativa legislativa popular, promovida por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Los representantes elegidos la deben discutir y resolver, para hacer real el derecho constitucional a una vivienda digna y evitar daños mayores y suicidios.

Grandes potencias frente a situaciones de impotencia. O situaciones de impotencia que modificarán posiciones prepotentes. Es la impotencia frente a la potencia. O viceversa. Siempre es relativo, pero hay que andar el camino.

Josep Arenas

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